Los diamantes sintéticos

Una joya con diamantes es un bien muy preciado para la persona que la posee, no solo por el claro valor económico de la pieza, sino también por la valía emocional y la posesión de una gema tan exclusiva de la naturaleza. Pero esta excepcionalidad empieza a cuestionarse desde que se escucha hablar de los diamantes sintéticos aplicados en joyería, lo que genera bastante confusión entre el término “natural” y “sintético”. Entonces, ¿qué es un diamante sintético? ¿Tiene el mismo valor que un diamante natural?

¿Qué es un diamante sintético?

Los diamantes sintéticos, también denominados diamantes artificiales, son diamantes creados en un laboratorio en el que se reproducen las mismas condiciones del proceso de creación de los diamantes naturales. Es decir, un diamante sintético se origina en un ambiente controlado de forma artificial, utilizando la tecnología para ello y acelerando el tiempo de obtención.

Se debe destacar que los diamantes sintéticos, aunque son artificiales, no son falsos ni imitaciones. Son diamantes reales originados en un contexto controlado, en condiciones similares a un diamante natural y, por lo tanto, tienen las mismas propiedades físicas, químicas y ópticas.

Hay varios procesos para obtener diamantes sintéticos, pero los que más se destacan son la Deposición Química de Vapor (CVD) y el proceso de Alta Presión, Alta Temperatura (HPHT). Con ellos no hay límite de cantidad de diamantes que se pueden llegar a hacer ni en los tamaños obtenidos.

De forma general, debido a las condiciones de reproducción, los diamantes artificiales son más baratos que los diamantes naturales, pero deben ir correctamente identificados para indicar este hecho.

Diferencias entre un diamante sintético y un diamante natural

Los diamantes naturales fueron creados por la naturaleza, bajo unas condiciones extremas durante millones de años, y se obtienen mediante grandes procesos de extracción. La única diferencia real entre un diamante sintético y un diamante natural es entonces, básicamente, su origen y formación. 

Por ello, a simple vista son muy difíciles de diferenciar uno de otro y tan solo un ojo experto, utilizando instrumentos especializados, podría saber cuál es un diamante natural y cuál es un diamante artificial.

Ambos tipos de diamantes se clasifican y certifican según el sistema de las 4C, es decir, el peso (carat), el color (colour), la pureza (clarity) y el corte (cut).

El principal beneficio de un diamante sintético es, claramente, su precio. Al poder obtenerse de una forma menos complicada que los diamantes naturales, el precio es más asequible, manteniendo la belleza y la calidad, la cual no se ve influida por el hecho de ser un diamante artificial. Igualmente, para aquellos amantes de las joyas exclusivas y de su parte más emocional, los diamantes naturales siempre tendrán más prestigio.

Hay partes que abogan por resaltar que son piedras éticas, al tener un impacto medioambiental menor en el ecosistema debido a los procesos aplicados en su creación, aunque esto es rebatible ya que siguen incidiendo en el medio ambiente. 

Escoger entre un diamante sintético y un diamante natural es una decisión muy personal en el que influirán muchos factores, como el valor que se le da a la pieza o el precio económico. En nuestro catálogo podrás encontrar joyas de diamantes naturales, como sortijas o gargantillas, perfectas para hacer un regalo muy especial.