La temporada otoño/invierno 25/26 trae consigo un nuevo enfoque en el mundo de la joyería, marcado por una apuesta decidida por la autoexpresión, el uso atrevido del color y un maximalismo que desafía la discreción de temporadas pasadas. En un contexto donde las personas buscan reafirmar su individualidad y transmitir emociones a través de lo que visten, las piezas de joyería se convierten en protagonistas de estilo y declaraciones personales.
Olvida el "menos es más". Esta temporada, el lema es más es más, y mejor aún si tiene un significado personal. Joyas no pasan desapercibidas se imponen en las pasarelas y el street style. La acumulación intencionada de piezas es una forma de contar historias: cada joya lleva un mensaje, un recuerdo o una emoción.
Las formas exageradas, escultóricas y orgánicas invitan a jugar con los volúmenes y las texturas. Desde estructuras geométricas sobredimensionadas hasta diseños inspirados en la naturaleza y el arte abstracto, el maximalismo de esta temporada va más allá de lo visual: busca conexión, impacto y presencia.
Las joyas ya no son solo adornos; son extensiones de la identidad. En una época donde lo auténtico es lo más valioso, cada elección estética refleja algo más profundo. Esto se traduce en un auge de piezas que permiten a cada persona crear su propio lenguaje visual.
El diseño se vuelve más inclusivo y diverso, alejándose de los cánones tradicionales de lujo para abrazar lo lúdico, lo emocional y lo narrativo. Colecciones que invitan a jugar, mezclar, combinar y reinventar las reglas del vestir.
Los colores toman un protagonismo inesperado en los meses fríos, desafiando la paleta habitual de otoño/invierno. Tonos como el azul sereno del topacio, el dorado luminoso del citrino y el verde y púrpura sofisticados de la amatista y el peridoto se cuelan en pendientes, collares, pulseras y anillos. Estos colores no solo iluminan los outfits invernales, sino que también reflejan una búsqueda de optimismo y vitalidad.
La tendencia cromática se complementa con acabados metálicos en oro amarillo y plata pulida, que aportan contraste y dinamismo. La mezcla audaz de colores y materiales refleja el espíritu de una temporada que celebra la creatividad sin límites.
El otoño/invierno 25/26 marca una ruptura con la discreción para abrazar lo emocional, lo potente y lo único. Las joyas se convierten en vehículos de expresión personal y herramientas de empoderamiento visual. Ya sea a través de una explosión de color, un diseño llamativo o una pieza cargada de simbolismo, esta temporada invita a atreverse, a destacar y a dejar huella.
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